Posicionados a los pies de Cristo

Vivía en aquella ciudad una mujer que era pecadora, al enterarse de que Jesús estaba en casa del fariseo, tomó un frasco de alabastro lleno de perfume y fue a ponerse detrás de Jesús, junto a sus pies. La mujer rompió a llorar y con sus lágrimas bañaba los pies de Jesús y los secaba con sus propios cabellos; los besaba también y finalmente derramó sobre ellos el perfume. (Lucas 7.37-38)
En el ajedrez existe un movimiento muy famoso llamado “Jaque Mate”. Sucede cuando uno de los jugadores realiza un movimiento con su ficha y deja al otro jugador sin esperanza de ganar. Sin más movimientos que hacer porque ha quedado atrapado, sin salida y derrotado. Y es cuando el jugador ganador grita: “Jaque Mate” El juego ha terminado.
En el nuevo testamento encontramos personas que estuvieron en jaque mate, en situaciones límite, pero fueron guiados a un movimiento final. Esto los colocó en el camino correcto para recibir cosas incomparablemente mejor de lo que pensaban o decían.
Es el caso de esta mujer que Lucas menciona. Una mujer muy conocida por su mala reputación, como pecadora, la expresión original alude a lo más despreciable de la ciudad. Se arma de valor y entra en la casa de nada más ni nada menos que un fariseo, el más estricto cumplidor de la ley. Algo nunca antes visto. Lucas nos expresa que la mujer ha entrado en esa casa para ungir a Jesús, con un perfume, costoso. Sin embargo justo en ese momento, una mezcla de gratitud y amor, le hacen ver sus pecados y reconocer aquel que está delante de ella. Entonces toma una posición, a los pies de Cristo, estallando en lágrimas. Y hace lo que ninguna mujer debería hacer en público. Suelta su cabello para secar los pies de su salvador y ¡Los besa!
Aquí encontramos una verdad acerca de posicionarnos a los pies de Cristo: posicionarnos a los pies de Cristo trae convicción de nuestra condición espiritual y de quien es la presencia de aquel que esta ante nosotros.
Independientemente de quien seamos debemos posicionarnos a los pies de Cristo si deseamos cambiar de rumbo. Esta mujer al enterarse de queJesusa estaba cerca, corrió a posicionarse a sus pies, porque tenía dos certezas: primero, estaba cansada de seguir viviendo una vida en tinieblas y de ser conocida por su mala reputación. Segundo, sabía que Él era el único que podía cambiar su rumbo.
Si estamos cansados, queremos renunciar al pecado y cambiar de dirección. No sigamos engañándonos, pensando que tenemos el pecado controlado. ¡No podemos hacerlo solo! No existe otra posición, debemos ir a los pies de Cristo si queremos vencer el pecado.
El pecado nos consume, nos coloca en jaque mate. Corramos a los pies de Cristo. Reguémoslo con nuestras lágrimas de arrepentimiento, besémoslos con profundo amor y convicción de que él es el único que puede cambiar nuestro rumbo.
By: Pr. Edwin Sarmiento.
Preguntas:
Toma un tiempo y considera estas preguntas:
¿Siento un deseo sincero por cambiar mi vida?
¿Que aspectos de mi vida se encuentran en situacion de limite?
¿Estoy dispuesto a correr a los pies de Cristo?
Oración Diaria:
Padre nuestro, en este dia quiero me acerco delante de ti, reconociendo mi deseo sincero de cambiar de rumbo. Ante ti reconosco todas mis faltas y mis pecados. Confieso que solo tu tienes el poder de transformar mi vida; es por eso que vengo a postrarme a tus pies. Rindo mi vida entera a ti. Te pido que Jesucristo sea el señor de mi mente, corazon y voluntad. Amen.
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