Semana 6 Día 3 / Los enemigos de nuestra comunión íntima con Dios - La intoxicación del alma (III)

»Estoy harto de mi vida. Dejen que desahogue mis quejas abiertamente; mi alma llena de amargura debe quejarse. ( Job 10:1)
Una segunda señal de un alma intoxicada es cuando las emociones se vuelven demasiado intensas al punto de tener la sensación que hemos perdido el control de ellas. Es normal que algunas veces sientas enfado, tristeza o ansiedad, ya que son emociones naturales en nosotros como seres humanos, el problema transcurre cuando aunque eres plenamente consciente de esas emociones,llega un punto en que se salen de control, cuando eso pasa, ellas se alimentan de pensamientos dañinos, ideas que vuelven una y otra vez a tu mente, luego esa sensación de pérdida del control genera a su vez frustración, generando un ciclo tóxico el cual alimenta aún más el malestar interior.
Dios nos ha dado su Espíritu Santo y uno de los frutos maravillosos que él produce en nuestro interior cuando tenemos una comunión íntima con Dios es el dominio propio, ese fruto es el encargado de tomar el control de todo nuestro ser, cuando estamos ejercitados en llevar una vida rendida a Dios, somos capaces de cederle el control absoluto de nuestras emociones para que ellas no se salgan de control, ahora bien no se trata de negar las emociones, ni tampoco reprimirlas, todo lo contrario, se trata de que sea el Espíritu Santo quien nos ayude a controlarlas y manejarlas adecuadamente.
La biblia nos dice en efesios 4:30-31 "No hagan que se ponga triste el Espíritu Santo de Dios,que es como un sello de identidad que Dios puso en ustedes, para reconocerlos cuando llegue el día en que para siempre serán liberados del pecado.Dejen de estar tristes y enojados. No griten ni insulten a los demás. Dejen de hacer el mal." Sucede algo interesante nuestras emociones están ligadas a nuestro Espíritu y nuestro Espíritu está ligado a nuestro cuerpo, hay una relación simbiótica entre esas tres áreas que nos componen, son indisolubles, no se pueden separar, la una afecta a la otra de manera directa, es por eso que cuando nuestras emociones se salen de control, no solo nos afecta físicamente sino también espiritualmente, el Espíritu Santo se contrista, se entristece y su voz es acallada en nuestro interior.
Si queremos vivir una vida con un alma saludables y unas emociones adecuadas, lo primero que debemos hacer es cederle el control al Espíritu Santo de Dios, cuando recibimos a Cristo en nuestro corazón como único y suficiente salvador, lo primero que sucede es justo eso, el Espíritu Santo viene a morar en nosotros y a hacer el trabajo que Dios le encomendó para ayudarnos a vivir la vida en la fe como debemos, hoy es un buen dia para decirle Espiritu Santo ayudame a manejar bien y controlar mis emociones.
Preguntas:
Me he dado la oportunidad de considerar estas tres preguntas:
¿Con qué frecuencia mis emociones se salen de control?
¿Me esta afectando eso física y emocionalmente?
¿Soy consciente de que si no le cedo el control absoluto al Espíritu Santo difícilmente podré vivir una vida agradable emocionalmente a Dios?
Oración Diaria:
Padre nuestro, en este dia me presento delante de ti, reconociendo la necesidad de tu presencia a través del Espíritu Santo en mi vida, Señor Jesus hoy te reconozco como mi único Señor y Salvador, te pido que me hagas una nueva persona, te pido me ayudes a vivir una vida emocionalmente saludable, que el Espíritu Santo sea ejerciendo el dominio propio que necesito para vivir conforme tu palabra me enseña, y así no contristarlo, todo esto te lo pido en el nombre de tu hijo amado Jesucristo, Amen.
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